‘Las Correcciones’ de Jonathan Franzen

Debo decir que no soy muy fan de las frases grandilocuentes de las contraportadas de los libros. Al igual que en trailers y pósters cinematográficos, estas pequeñas perlas incluso llegan a despertarme cierto sentimiento de vergüenza ajena. “Obra maestra absoluta” es una de las más recurrentes.

Cogí esta novela por primera vez por la portada. El título y la imagen me llamaron la atención. Me formé una primera idea relacionada con las escenas familiares de The Tree of Life (Terrence Malick, 2011). Aunque resultó no ser totalmente correcta, fue lo que hizo que girase el libro para leer la contraportada.

Pero antes… se me fue la vista a la zona inferior. Ahí donde están esas frases fanáticas. Solo que esta vez: Don DeLillo y Foster Wallace. Del primero no he leído nada aún (pronto me pondré con Submundo) y de su obra solo conozco la adaptación de Cosmopolis (David Cronenberg, 2012). Sobre Wallace, aún recuerdo La Escoba del Sistema como uno de las mejores lecturas de mi vida y cada vez que lo veo en la estantería me dan ganas de releerlo. Al hombre le tengo mucha estima y su muerte es algo que me deprime. De verdad creí en sus palabras así que leí definitivamente el argumento.

Me convenció. Pasé por caja y me llevé ese tocho a casa. La mayoría de los libros que compro cogen polvo unos meses hasta que decido leerlos y este no fue una excepción. Con el tiempo lo empecé… y a las 5 páginas lo cerré. Quizás no era el momento. Me pareció excesivamente denso y, a pesar de que apreciaba las ideas, no le encontraba el punto “¿Quizás la he cagado dejándome 22 euros en este libro?” No, seguro que no es el momento ¿Qué me iba a decir?

Pasaron otros pocos meses y vuelta a empezar.

4- todo GENERAL

Aunque las primeras páginas me parecieron igual de densas me obligué a seguir leyendo, en parte porque no tenía nada más que hacer y en parte porque creía que valdría la pena.

Antes de acabar el primer capítulo (St. Jude) ya estás atrapado en ese pequeño pueblacho del Medio Oeste y Enid y Alfred Lambert empiezan a despertarte cierto cariño.

En parte es como si los conocieras de toda la vida, porque has visto muchos Enid y Alfred, incluso quizás en tu propia familia. Los conoces y aprecias, hablas con ellos a menudo, pero quizás nunca has echo esfuerzo alguno por comprenderlos. Personalmente creo que esta es una de las grandezas del libro, y es que ayuda (al menos a mi personalmente) a entender algunos comportamientos que has visto toda tu vida y sobre los que nunca te has parado a reflexionar seriamente.

Tan importante como este matrimonio son sus hijos, a quienes vamos descubriendo uno por uno. Primero Chip, el erudito venido a menos al que vemos caer bastante bajo en su pasado y al que se le presenta una dudosa, aunque poética, oportunidad de negocio en Lituania. Para cuando acaba su (primera) parte no quería separarme de él, y menos en un momento tan decisivo. Tampoco pensaba que Gary me fuera a resultar un personaje tan atractivo.

Me equivoqué. Su historia es la que más disfruté. Aunque todos tienen su qué, creo que es el personaje más sufrido de la novela. Gary es un hombre al borde de la depresión, casado con una mujer por la que llegas a sentir verdadero desprecio y padre de 3 hijos, dos de ellos pre-adolescentes ausentes que (animados por la madre) casi literalmente se ríen de él. Las comparaciones de la dinámica familiar con una guerra no sé si originales pero desde luego son brillantes. La angustia vital de Gary se transmite perfectamente y te atrapa mientras te preguntas cómo alguien tan encasillado puede demostrar lo contrario a lo que todos piensan de él. En su intento por no parecer deprimido a ojos de su familia acaba haciendo cosas realmente extrañas, aunque con cierto sentido en su cabeza, que solo hacen que empeorar su situación. Un ejemplo es su reacción cuando se corta la mano con la podadora automática. Entendemos cómo se produce y por qué reacciona de esa manera pero, visto desde fuera, a ojos de su mujer e hijos no deja de ser chocante.

La parte de Denise es la que me ha parecido más irregular. Quizás es la larga introducción de Robin y Brian, personajes que en principio no sabes qué pintan pero que finalmente se relacionan con ella, y de qué manera. A ella la seguimos durante la planificación y apertura de El Generador, el restaurante que la llevará a lo más alto de la escena culinaria. A su vez empieza a descubrir una nueva faceta que, aunque creo que en el fondo no es nueva para ella, sí estaba enterrada. Esto último me sorprendió muy positivamente ya que uno no espera para nada el desarrollo de su historia.

3- general LIBRO

Entre hijo e hijo también encontramos un crucero para jubilados que esconde un pequeño secreto y que tiene un final entre paródico y dramático. Ahí se concentra el tono de toda la obra, que se mueve entre la comedia y el drama con una facilidad asombrosa y admirable.

Las últimas 200 páginas las leí del tirón. Las últimas 100 con el corazón en un puño. La grandeza de estos momentos finales es que el autor consigue ponerte en la piel de Enid y que anheles la reunión navideña de la familia. Llegado un momento, una vez se cierra la genial trama en Lituania, me encontré suplicando mentalmente a Franzen (de nuevo, como si fuera Enid) que por favor reuniese a la desperdigados miembros Lambert bajo el mismo techo, aunque solo fuera durante unas horas.

No quiero desvelar el final, pero en él se encuentran las páginas que de verdad me han llegado al alma. Esos momentos en que Enid, nerviosa, ultima los detalles y espera ansiosa la llegada de sus hijos. Aunque sea juiciosa en la mayoría de ocasiones, en este momento se ve la verdadera devoción que siente por ellos, y por el mismo hecho de estar todos juntos, una manera de recordar viejos tiempos que no tuvieron por qué ser mejores.

El estilo de Franzen al parecer desata pasiones, hay quien lo ama y hay quien, sorprendentemente, lo odia. Sinceramente, no puedo concebir (aunque sí tolerar) una crítica negativa a su estilo. Este hombre no solo escribe de manera brillante sino que, además, hace fácil la lectura aún cuando trata temas muy complejos. No solamente parece dominarlos a la perfección, también los explica de manera comprensible para el resto de mortales. Tiene, en definitiva, una prosa original y contra todo pronóstico amena, a otro nivel de lo que venía leyendo desde hace tiempo.

Sé que no tardaré mucho en caer rendido en los brazos de Libertad (2010). Su última novela, que también trata sobre una familia del Medio Oeste americano, ha echo crecer más su fama, poniéndole en boca de todo el mundo incluso fuera del ámbito literario. Entre otros, Barack Obama se ha declarado amante de esta obra, algo que sin duda le habrá encantado a Franzen, fan declarado del político. 

Como curiosidad final, Las Correcciones iba a ser adaptada por la grandiosa cadena HBO. Es una verdadera lástima que al final el proyecto se cancelara porque incluso el mismo Franzen se estaba involucrando en el guión. Al parecer, según él, el piloto que dirigió Noah Baumbach era «francamente malo». Quizás (espero) lo intenten de nuevo con Libertad

5-stars

Motivo de la lectura

  • Temática ¡Vivan las familias disfuncionales!
  • Descubrir a un autor que me prometía una lectura igual de gratificante que Foster Wallace

Lo mejor

  • Lo increíblemente reflexivo y lúcido que puede llegar a ser Franzen
  • El personaje de Gary y las comparaciones de las dinámicas familiares con la guerra

Lo peor

  • Los primeros momentos de la historia de Denise, aunque buenos, descolocan un poco. Nada grave, por otra parte.
  • Lo dolorosamente real que resulta en muchas ocasiones (bien pensado, también podría ir en lo mejor)

Aquí teneis una entrevista a Jonathan Franzen en El Pais

jonathan-franzen

4 comentarios

  1. Solo he leído este libro una vez, pero es de mis favoritos. Me encantó, me hizo pensar en la familia de una forma totalmente distinta: como la unidad básica y extrapolable de la sociedad. Una lectura increíble, sin duda. Después leí Libertad, y aunque también es una obra sublime, me quedo con Las correcciones. Espero releerlo este año (lo leí el año pasado, por cierto).
    Ah, y Denise me pareció lo mejor, sobretodo cuando compara la cocina con el sexo. Me encantó esa parte, aún lo recuerdo.

  2. Tenía pensado que pasara un tiempo hasta ponerme con Libertad, pero ahora que lo está leyendo una amiga igual me animo y le doy prioridad para irlo comentando con ella. Y sí, Las Correcciones es un libro que yo también creo que acabaré releyendo 🙂
    Denise sin duda se convierte en un gran personaje, aunque mi corazón está con Gary y sus tribulaciones. Para ser un personaje tan alejado a mí, es con el que más representado me he sentido.

  3. […] LOS CORRECCIONES, Jonathan Franzen […]

  4. […] con la literatura y además, en pleno entusiasmo, hizo que abriera este blog para compartir mi reseña. Decía que Nadan Dos Chicos es como subir un peldaño como lector, este libro me enseñó la […]

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